Para nada o, como mucho, la culpa nos sirve para hacernos la vida más complicada, más incómoda, más angustiosa. Esta es una creencia generalizada. También es una creencia generalizada considerar que la culpa tiene únicamente un origen religioso, casi bíblico, que nos han transmitido en la infancia merced a una educación religiosa católica basada en el pecado original. Un pecado que nos genera el sentimiento de culpa, pues cada vez que no cumplimos con los mandamientos recaemos en esta culpabilidad primaria, intrínseca, original. (Continuar leyendo)
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